Estos sistemas arcaicos pueden ser sustituidos por una funda para el coche. Más concretamente una funda protectora exterior para coche. Suelen tener una capa interior suave para proteger la pintura y un sistema de sujeción elástico para favorecer la colocación rápida y sencilla. La capa exterior es de un material impermeable, normalmente de materiales plásticos como el polietileno para aumentar su resistencia y durabilidad. Además las podemos comprar empaquetadas en maletas fáciles de emplazar en nuestros maleteros.
La puedes comprar en cualquier tienda de accesorios del automóvil. Hay varios tipo en función de la carrocería del coche: familiar, compacto, monovolumen, etc... Y también hay fundas para coches destinadas a usar en recintos interiores (garajes). Las fundas de interiores simplemente te protegen del polvo, pero también son más baratas.
Si optamos por fundas personalizadas para nuestro coche en particular pueden llegar a costar bastante dinero, sobre todo si las personalizamos con el color, aunque la elección general es comprarlas en color claro, especialmente si se vive en zonas con variaciones térmicas muy grandes entre las temperaturas invernales y las de verano.
Y es que hemos comentado principalmente el caso de las fundas utilizadas para evitar los rigores invernales pero también hay fundas que están hechas para proteger el vehículo de los fuertes rayos del sol. Así el coche se mantendrá más fresco y también más protegido. Una funda de color claro nos ayudará a ello.
